martes, 12 de enero de 2010

Eugène Delacroix

Ferdinand-Victor-Eugène Delacroix (Charenton-Saint-Maurice, Francia, 26 de abril de 1798 - París, 13 de agosto de 1863) fue un pintor francés.

Según varias hipótesis, Delacroix pudo ser hijo biológico del político Talleyrand, al que Delacroix se parece físicamente. Según esta teoría, su padre putativo habría quedado estéril a causa de una enfermedad. De todas formas, Eugène fue registrado como hijo de Charles Delacroix, político de profesión, Ministro de Exteriores del Directorio (Francia) y de Victorie Oeben perteneciente a una familia de ebanistas, artesanos y dibujantes. Es el cuarto y último hijo del matrimonio.

Charles Delacroix muere en 1805 siendo en ese momento prefecto de Gironda, la madre del pintor, Victoire se instala en Paris en la casa de una de sus hijas Henriette de Verninac. El joven Eugène acude al internado del Lycée Imperial (más tarde liceo Louis-le-Grand ). En 1814 muere su madre quedando huérfano pero bajo la protección de su hermana mayor Henriette.

En 1815 siguiendo la recomendación de su tio, el pintor Henri-Francois Riesener entra en el taller del pintor neoclásico Pierre Narcisse Guérin, donde Théodore Géricault y el Barón Gros fueron sus maestros. Visitaba frecuentemente el Louvre, estudiando y copiando a los grandes pintores que admiraba: Rubens, Velázquez, Rembrandt, Paolo Veronese, y se debatió entre la tradición y el clasicismo y el deseo de hallar, tras las apariencias, la realidad. El pintor paisajista Bonington le enseñó a pintar la naturaleza. Raymond Soulier le inició en la acuarela.



La matanza de Quíos (en francés, Scène des massacres de Scio) es un cuadro de Eugène Delacroix, conservado en el Museo del Louvre de París, Francia. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 417 cm de alto por 354 cm de ancho. Data del año 1824.

Este cuadro representa un episodio de la guerra de independencia de los griegos contra los otomanos ocurrido ese mismo año: la matanza de 20.000 habitantes de las islas griegas, y el sometimiento a la esclavitud de las mujeres y los niños supervivientes.

Al parecer esta guerra de Grecia le parecía un tema con el que lograr su propósito artístico, como señala en una carta a un amigo de 1821.

Gericault

Nacido en una familia acomodada de Ruán, Géricault estudia en los talleres de los pintores Carle Vernet (en donde conoce a su hijo Horace) y Pierre Guérin antes de inscribirse el 5 de febrero de 1811, en la Escuela de Bellas Artes de París.

Su primera gran obra, Oficial de cazadores a la carga, exhibida en el Salón de París de 1812, reveló la influencia del estilo de Rubens y un interés en la representación de un asunto contemporáneo. Este éxito de juventud, ambicioso y monumental, fue seguido de un cambio de dirección: durante los siguientes años Géricault produjo una serie de pequeños estudios de caballos y caballeros. Exhibió el Coracero herido en el Salón de 1814, una obra más elaborada y peor recibida. En los siguientes dos años pasó por un estudio auto-impuesto de construcción y composición de figuras, mientras evidenciaba una predilección personal por el drama y la fuerza expresiva.

Tras fracasar en el concurso del gran Premio de Roma, decide viajar a Italia por su cuenta. Queda muy impresionado ante los pintores del Renacimiento italiano, en especial ante Miguel Ángel, así como ante el flamenco Rubens. Este viaje a Florencia y Roma (181617) fue provocado en parte por el deseo de huir de un lío romántico con su tía, a quien dejó embarazada.

Este viaje hizo nacer su fascinación por Miguel Ángel. La propia Roma le inspiró la preparación de un lienzo monumental, la Carrera de los caballos Barberi, una obra de composición épica y tema abstracto que prometía ser «totalmente sin paralelo en su época». Al final, Géricault nunca acabó la pintura, y regresó a Francia.

Desde los inicios de su carrera, Géricault demuestra cualidades que le distinguen claramente de los pintores neoclásicos de la escuela de Jacques-Louis David: en efecto, prefiere tratar temas de la vida cotidiana, elevándolos a la categoría de hechos heroicos. Mostrando la desesperación y el sufrimiento de la gente, pasa pronto a ser el pintor romántico más representativo, pero por independencia de estilo y carácter poco dócil, Géricault se mantiene al margen de los grandes encargos oficiales, un género que sí sedujo a Delacroix.

Géricault realizó entre 1821 y 1824, una serie de pinturas con modelos de locos o maníacos, tomando del natural a una serie de personas que eran tratadas en el asilo del psiquiatra Jean-Étienne Esquirol. A través de esta serie pretendía recabar un repertorio de expresiones de la locura.

Aquejado de una dolorosa enfermedad, posiblemente cáncer de huesos, Géricault pasó sus últimos años sin poder acometer pinturas de gran formato. Produjo diversas litografías con ayuda del artesano Eugène Lami.


La fábrica de cal (1821-1822) es una pintura romántica de Théodore Géricault. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 50 centímetros de alto por 60 cm de ancho. Actualmente se conserva en el Museo del Louvre de París, Francia. También se conoce este cuadro como El horno de yeso, obra realizada por Géricault al final de su carrera.

Esta imagen en la que están ausentes las figuras humanas acaba pareciendo, más que un cuadro de género, un paisaje. Se representa una fábrica de cal, en la que Géricault había invertido dinero, y que esbozó en una primera visita, sobre el terreno .

Aquí representa a tres caballos vigorosos, aún con los arreos, que están comienzo de los morrales que llevan al cuello. Delante de ellos, ocupando la mitad derecha del primer plano, el terreno embarrado de la fábrica. Detrás puede verse el edificio, en el que están entrando otros dos caballos. De la fábrica sale, por la parte izquierda, un intenso humo blanco, que revela la realización de actividades en su interior. Esas nubes de humo blanco contrastan con el cielo sombrío .

Géricault realiza una pintura prácticamente monocroma, toda ella en tonos terrosos, beiges y marrones .

Daumier

Honoré Daumier nació el año 1808 en la ciudad de Marsella, pero siendo niño debió trasladarse a París junto con su familia. En París, muy joven trabajo como ujier en un tribunal de justicia y cadete en una librería, luego se dedicó a estudiar pintura y dibujo. De este modo dio inicio a su carrera de artista realizando trabajos en xilografía y la ilustración de anuncios publicitarios en los que se nota el influjo de Charlet.
En 1828 comenzó sus primeras litografías para el diario La Silhouette (La Silueta). En 1830 inició su labor en la revista humorística La Caricature en donde adquirió merecido renombre por sus grabados y dibujos llenos de sátira y crítica social (incluyendo escenas domésticas). En 1832 comenzó a trabajar en Le Charivari, periódico humorístico-político dirigido por Charles Philipon particularmente crítico al gobierno de Luis Felipe I de Orleans, allí tuvo como compañeros a otros señalados caricaturistas:Raffet, Devéria y Grandville. Daumier precisamente por haber realizado una caricatura en la cual ese monarca aparecía retratado como Gargantúa (el glotón personaje de Rabelais), sufrió una prisión de seis meses.
En 1835 debido a la instalación de la censura en Francia, Daumier evitó la caricatura política directa y en su lugar se dedicó a ridiculizar las convenciones y costumbres entonces imperantes.
Retornó a la sátira política con la Revolución de 1848. A partir de ese mismo año 1848 se apasionó por la pintura, teniendo entonces un estilo muy influido por Delacroix, Corot, Millet, Rousseau y -en sus últimas obras- por Fragonard (Estudio del pintor) y los impresionistas (por ejemplo: La lavandera). A medida que fue perdiendo vista, tuvo que dejar la litografía y centrarse en la pintura, que abordaba con una técnica directa y apenas retocada.

También son muy valoradas sus esculturas y bustos de yeso (escayola) y bronce que realizaba principalmente para que le sirvieran de modelos al realizar sus ilustraciones.

Sus grabados se destacan por la mordacidad descarnada y sin embargo de matices exquisitos y líneas nada exentas de sutileza, al trabajar sarcásticamente los rostros, las expresiones, los gestos, con precisas exageraciones logra dar noción de la personalidad de los sujetos representados. Es interesante notar en sus litografías el sabio uso de las combinaciones cromáticas para lograr sus cometidos de expresar situaciones emotivas en un ámbito social (existe aquí un influjo -morigerado- desde la obra de Goya); sus litografías tienen una calidad muy próxima a la pintura, en cuanto a su menos conocida pintura, se caracteriza por un patetismo logrado con masas oscuras y contrastes de colores fríos y cálidos, es así que si en sus últimos tiempos Daumier recibió influjos de los impresionistas, él previamente había ya influido en ellos, pero no queda en esto la gravitación de Daumier, también ha influido sobre los expresionistas, por ejemplo en Nolde, Ernst Barlach y Ensor.

En 1865 conociendo la grave situación económica por la cual pasaban Daumier y su esposa, su amigo el escultor Geoffroy Dechaume les convenció para que fueran a vivir a Valmondois (en Val d'Oise) donde su otro amigo, Corot, les prestó una pequeña casa en el centro del pueblo; allí falleció Daumier.


Don Quijote y Sancho Panza es un cuadro del pintor realista francés Honoré Daumier. Fue ejecutado hacia el año 1868 y se trata de un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 52 cm. de alto por 32,6 cm. de ancho. Se conserva en la Neue Pinakothek de Múnich, Alemania.

Es una de las obras realizadas por Daumier en la época del segundo imperio, de inspiración literaria. Hizo numerosas pinturas y dibujos con Don Quijote, solo o con Sancho Panza, unos 25 óleos, acuarelas y una serie de dibujos al carboncillo. Daumier consideraba el personaje de Don Quijote como un marginado idealista en el que el propio pintor se veía reflejado.

El centro del cuadro está ocupado por Don Quijote, sobre su caballo, formado por manchas de color, sin que se le distinga un rostro; tanto él como Rocinante están muy flacos y estilizados, hasta la deformación anatómica, pareciendo más una caricatura que un dibujo; el Quijote lleva una lanza. Sancho Panza es una sombra que se ve a lo lejos, en el horizonte, recortado contra el cielo de color azul intenso, formando parte del paisaje árido, desértico y despoblado, dominado por la intensa luz del sol que ilumina fantasmagóricamente la escena.

Don Quijote y Sancho Panza es un cuadro del pintor realista francés Honoré Daumier. Fue ejecutado hacia el año 1868 y se trata de un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 52 cm. de alto por 32,6 cm. de ancho. Se conserva en la Neue Pinakothek de Múnich, Alemania.

Es una de las obras realizadas por Daumier en la época del segundo imperio, de inspiración literaria. Hizo numerosas pinturas y dibujos con Don Quijote, solo o con Sancho Panza, unos 25 óleos, acuarelas y una serie de dibujos al carboncillo. Daumier consideraba el personaje de Don Quijote como un marginado idealista en el que el propio pintor se veía reflejado.

El centro del cuadro está ocupado por Don Quijote, sobre su caballo, formado por manchas de color, sin que se le distinga un rostro; tanto él como Rocinante están muy flacos y estilizados, hasta la deformación anatómica, pareciendo más una caricatura que un dibujo; el Quijote lleva una lanza. Sancho Panza es una sombra que se ve a lo lejos, en el horizonte, recortado contra el cielo de color azul intenso, formando parte del paisaje árido, desértico y despoblado, dominado por la intensa luz del sol que ilumina fantasmagóricamente la escena.

Ingres

Nació en Montauban, en Tarn-et-Garonne. Su padre, un escultor mediocre, supo reconocer en su hijo, el talento pictórico que poseía y rápidamente favoreció sus aspiraciones artísticas. Con 11 años, ingresó en la academia de Toulouse (1791) y se formó con maestros como el pintor Roques y el escultor Vigan. En 1796 se fue a París para estudiar bajo la dirección de David, pero su frío clasicismo no encajaba en el ideal de belleza que él tenía, fundado en las difíciles armonías de líneas y colores.

En 1801, ganó el primer Premio de Roma con Aquiles recibiendo a los embajadores de Agamenón. Realizó numerosos dibujos y retratos: La familia Riviére (1805); Granet, La hermosa Celia; Napoleón entronizado (1806).

En 1806, Ingres se marcha a Roma, donde permaneció 18 años, y descubre a Rafael y el Quattrocento italiano que marcarán definitivamente su estilo. Estos años de trabajo serán los más fecundos, voluptuosos desnudos femeninos, entre los que cabe destacar La bañista; los paisajes, los dibujos, los retratos, y las composiciones históricas o religiosas tratadas al modo de las mitologías históricas: Juana de Arco, La virgen de la hostia, Jesús entre sus doctores, Cristo entregando a San Pedro las llaves del reino (1820). Está en el cenit de su arte, pero en Francia sus cuadros pintados en Italia reciben acerbas críticas, no gustan, Ingres decide quedarse en Roma.

En 1813 se casó con Madeleine Chapelle, a la que dedicó la obra: Il fidanzamento di Raffaello, en la que el pintor italiano incorpora a la amante de Rafael, la famosa Fornarina.

La caída de Napoleón, las dificultades económicas y familiares significan para Ingres un período bastante mísero durante el cual pinta con desgana todo aquello que se le encarga. En 1820 se instaló en Florencia y, con la presentación en Francia, de su lienzo El voto de Luis XIII,(1824), realizado para la Catedral de Montauban, alcanzó un éxito clamoroso en los salones de París.

Fue nombrado Director de la Academia de Francia en Roma, de 1834 a 1840.

En 1841 regresa a París donde obtiene una acogida triunfal y se le encarga la decoración de las vidrieras de la Capilla de Notre Dame. En 1846 expuso por primera vez en la Galería de Bellas Artes, tras la cual, fue nombrado miembro de la comisión junto con Delacroix. En 1849 presenta su dimisión a motivada por el fallecimiento de su esposa.

A causa de una enfermedad que le afectó a los ojos, en el último período, Ingres se vio obligado a valerse de alguno de sus colaboradores para ultimar la parte secundaria de su obra correspondiente al perído maduro, caracterizado por la búsqueda de una perfección de las formas.

En 1852, Ingres se casa por segunda vez con Delphine Ramel. En 1862 fue nombrado Senador.

La prodigiosa galería de retratos que dejó, constituye un testimonio muy valioso de la sociedad burguesa de su tiempo, del espíritu y las costumbres de una determinada clase a la que él pertenecía reflejando las virtudes y los límites.

Ingres estudió música, disciplina en la que también destacó. Durante una temporada fue segundo violinista en la orquesta del Capitolio de Toulouse; de este pasatiempo proviene la expresión francesa: violon d'Ingres (violín de Ingres).

Ingres murió a los ochenta y siete años. Está enterrado en el Cementerio de Père Lachaise, París. La ciudad de Montauban le dedicó un museo instalado en su taller: el Museo Ingres. Amaury Duval fue su primer alumno.


La gran odalisca es un cuadro de Dominique Ingres. Esta obra orientalista pintada en 1814 representa a una mujer desnuda. Se trata de un cuadro al óleo de forma apaisada, que mide 91 centímetros de alto y 162 de ancho. Actualmente se conserva en el Museo del Louvre de París, en Francia.

Este cuadro fue encargado por Carolina, hermana de Napoleón y reina de Nápoles, como un pendant, esto es, cuadro que forma pareja con otro, en este caso, otro desnudo. Se expuso en el Salón de París de 1819.

La palabra odalisca, del turco odalik, designa a una mujer del harén. Está recostada voluptuosamente en un diván, con una pose que recuerda a Madame Récamier, de David, de la que Ingres pintó los accesorios. Se retrata a la mujer vuelta de espaldas, pero girando la cabeza hacia el espectador.

Aparecen en la obra accesorios que le dan su toque oriental: el abanico, el turbante y la pipa. Con gran precisión refleja la textura de las telas.

Los críticos de la época resaltaron ciertos defectos, como el ser particularmente larga. En efecto, esta odalisca está dotada de tres vértebras suplementarias. El pintor es enteramente consciente de ello. Sacrifica la verosimilitud por el efecto y combina cinco modelos diferentes. Ingres desea pintar una belleza individualizada. Ha retomado aquí el estilo serpentino y el irreal alargamiento de los miembros propio del manierismo.

Debe señalarse que Ingres visitó Florencia y ya había descubierto las pinturas italianas. Se ve notablemente la influencia de Rafael en las curvas de esta obra y en la dulzura del rostro.

En cuanto al cromatismo, los críticos acusaron a Ingres de usar una gama cromática leve y monótona. No obstante, esa era una decisión consciente del pintor, que consigue un gran preciosismo a través del uso del azul en las cortinas, combinado con el rojo, el blanco y el dorado.

Goya

Francisco Goya Lucientes nació en 1746 en el seno de una familia de mediana posición social[de Zaragoza, que ese año se había trasladado al pueblecito de Fuendetodos, situado a unos cuarenta kilómetros al sur de la capital, en tanto se rehabilitaba la casa donde vivían. Su padre era un artesano de cierto prestigio, maestro dorador, cuyas relaciones laborales sin duda contribuyeron a la formación artística de Francisco. Al año siguiente volvieron a Zaragoza, si bien los Goya mantuvieron siempre el contacto con el pueblo natal del futuro pintor, como revela el que su hermano mayor, Tomás, que siguió el oficio del padre, instalara allí su taller en 1789.

Cuando Francisco tenía poco más de diez años, ya comenzados sus estudios primarios probablemente en los Escolapios de Zaragoza, la familia atravesó dificultades económicas que pudieron obligar al jovencísimo Goya a ayudar con su trabajo a superar la crisis. Quizá este hecho explique que su ingreso en la Academia de Dibujo de Zaragoza, dirigida por José Luzán, no se produjera hasta 1759, una edad (trece años) algo tardía para lo que era habitual. De su actividad durante el aprendizaje con Luzán, que se prolongaría hasta 1763, se sabe poco, y, en palabras de Bozal, «nada [de la pintura de Goya] se conserva de aquellos años». Sin embargo, se han atribuido a esta etapa algunos cuadros de tema religioso que acusan el estilo barroco tardío napolitano de su primer maestro, que se puede percibir en Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana ante el Eterno en gloria, datada, según José Manuel Arnaiz, entre 1760 y 1763.

Goya, en todo caso, es un pintor cuyo aprendizaje progresa lentamente, y su obra de madurez se revelará tarde. No es extraño que no obtuviera el primer premio en el concurso de pintura de tercera categoría convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1763, en el que el jurado no le otorgó ningún voto en competencia con Gregorio Ferro.Tres años más tarde, esta vez en la convocatoria de primera clase, volvió a intentarlo a fin de obtener una beca de formación en Roma, de nuevo sin éxito.

Esta decepción pudo motivar su acercamiento al pintor Francisco Bayeu —con cuya familia tenían parentesco los Goya—, que había sido llamado a Madrid en 1763 por Mengs para colaborar en la decoración del Palacio Real de Madrid. En diciembre de 1764 un primo de Bayeu casó con una tía de Goya. Es muy probable que el pintor de Fuendetodos se trasladara a la capital de España por estas fechas en busca de protección y nuevo maestro, como indica el hecho de que Goya se presentara en Italia en 1770 como discípulo de Francisco Bayeu.

Goya adquiere esta finca a orilla del Manzanares, justo enfrente de la ermita y pradera de San Isidro, en febrero de 1819, quizá para vivir allí con Leocadia Weiss a salvo de rumores, pues ésta estaba casada con Isidoro Weiss. Era la mujer con la que tenía una relación y posiblemente una hija pequeña, Rosario, de los dos niños que tenían a su cargo. Como en noviembre de ese año Goya sufre una grave enfermedad —de la que Goya atendido por el doctor Arrieta (1820) es estremecedor testimonio—, el artista pudo haber comenzado la decoración de los muros de su casa entre febrero y noviembre de 1819. Lo cierto es que las Pinturas negras fueron pintadas sobre imágenes campestres de pequeñas figuras, cuyos paisajes aprovechó en alguna ocasión, como en el Duelo a garrotazos.